CUANDO MUEREN LOS PLANETAS

2 de julio

 

Mi amor por ti arrastra siglos y ciudades,

Insomnios y mares, nacimientos y muertes.

En mis manos huecas  guardo cenizas y sombras,

Que palpitan con el fuego como rosas negras.

¿Qué raros caminos habré recorrido

Con la constelación de tus recuerdos a cuestas?

¿Qué raros sueños habré olvidado

Creyendo recobrarte contra todas las apuestas?

 

La sinceridad de los años y los muchos espejos,

La serenidad de las tardes y la firme distancia,

No han sabido traer la repentina paz ni el dulce olvido.

Allí está el abecedario que te nombra y no te halla.

Allí están las calles que en ti desembocan sin nombrarte.

Allí están las noches que como un relicario te aguardan.

En mis manos huecas  guardo cenizas y sombras,

Que palpitan con el fuego como rosas negras.

 

Así te espera mi amor en la orilla de los tantos años,

Como una cometa rota que quiere descolgarse de las ramas.

Como un fantasma herido por su reflejo en el espejo.

Como un santo que encuentra en la cárcel a su dios.

Como una desbandada de potros saltando al precipicio.

Así te espera mi amor en la orilla de los tantos años,

Como el fuego que se resiste a ser humo entre las piedras.

Porque mi amor por ti arrastra siglos y ciudades,

Insomnios y mares, nacimientos y muertes.

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