Las garzas que regresan
Mi vida se está inundando
gota a gota con la ausencia de la tuya,
Como una laguna ahogándose con la violencia del mar,
Como una vida humana cayendo de rodillas ante la eternidad.
Así me voy llenando con cada recuerdo tuyo,
como las calles de Bogotá cuando se ennegrecen
con las pesadas gotas de la lluvia que baja de los Cerros Orientales,
arrasando para siempre los días de sol
y los bermejos edificios de ladrillo.
Hoy regreso a mis madrigueras, a mi cotidianidad y a mis calles,
para limpiarlas de significado,
para despoblarlas de magia,
para desahuciarlas de amor,
para que sean siempre como han de ser:
madrigueras, cotidianidades y calles.
Mi vida se está inundando
gota a gota con la ausencia de la tuya,
como en las veredas cuando se doblan los cartuchos blancos,
al fin desbordados por la lluvia.
Hoy desato mis naves de tu puerto,
para que regresen derrotadas a cualquier mar,
para que atraquen vacías en cualquier lejanía,
con las velas desplegadas y caídas como tristes sonrisas.
Mi vida se está oscureciendo
Noche a noche con la ausencia de la tuya,
como un inmenso atardecer en los llanos orientales
cuando las garzas regresan a dormir en los morichales.
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