Inventario
La inmortalidad del universo
Es el más triste argumento a nuestra levedad.
Los libros y la biblioteca
Sobrevivirán a mis ojos y a mis manos.
Otros los leerán,
Cuando se consuma mi última ceniza.
Mi presencia persistirá en mis objetos,
Como las marcas de la cárcel que habito:
El doblez en la página de la Eneida y la hundida almohada.
El orden preciso que doy a mis libros y discos.
Uno o dos juguetes rotos.
Las suelas gastadas de las botas y un botón a medio caer.
Las gafas mordidas en la montura.
El trazo íntimo de la pluma.
Mi máquina de afeitar y el espejo
Que no graba ninguna imagen y es todas a la vez.
Un garabato detrás de la portada de Allan Poe.
El descolorido ajedrez.
Mis rayados cuadernos de la infancia.
La precisa llave de mi casa.
No soy más que objetos
Y son ellos mi continuación.
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