LA HIDRA

La trama secreta

El más insignificante acto de nuestras vidas,

Cualquier detalle de nuestro rostro,

El arco de nuestra risa o llanto,

Está precedido por oscuras causas infinitas,

Y condenado a consecuencias no menos largas.

Como un laberinto de agua y fuego

Que se teje y desteje cada noche,

Sucede misterioso el curso de la historia y las ciudades.

 

En esta tarde que declina y bajo este blanco sol,

Justifico la mano del soldado español que abre la carne americana.

También agradezco el puñal curvo del turco que a su vez,

Arranca de un golpe la roja entraña del español en pleno mar.

En esas sangres lejanas, violentas y anónimas

Estaba prefigurado el rojo bermejo de tu amor.

En esas carabelas arrojadas a morir en el infierno de los mares;

En el rostro atroz de los presos y locos que siguieron al genovés;

En el escorbuto y la fiebre multiplicada por las lunas llenas;

En las profecías indígenas que esperaban la nave de los dioses,

Ya el mundo conspiraba en hacer de América la cuna de mi mujer.

 

“Un detalle distinto haría de la historia universal otra”,

Aseguran los deterministas,

Que no aceptan un punto como fin de muchas líneas.

Un muerto menos en el paraíso,

Una rosa más en el infierno,

Me privarían del infinito, dulce oro

Que me esperaba en tu boca.

error: El contenido está protegido.